El Big Data actualmente es lo que está a la moda en el mundo de los negocios. Tanto empresas como Gobierno venden innovación a partir de la acumulación de datos recogidos a través de diversos tipos de medios: millones de mensajes publicados en redes sociales, señales recogidas en las ciudades inteligentes, el transporte público conectado, búsqueda en páginas web, etc.

La huella digital que vamos dejando, ya sea de manera voluntaria o no, es de carácter muy valioso debido a que aporta datos útiles para diseñar políticas o vender productos. Pero es en los países en vías de desarrollo donde el conjunto de toda esta información viva y en tiempo real podría servir como recurso para lidiar contra catástrofes o epidemias. El problema reside en que no poseen las herramientas tecnológicas que se sobreexplotan en el primer mundo.

El Big Data, el conjunto de los datos digitales, nos permiten innovar y entender de una manera más sencilla la situación de desarrollo de las sociedades, la mejora del diseño de políticas de desarrollo y el entendimiento del impacto de dichas políticas. Para ello, debemos tener en cuenta el concepto de “Datos oscuros”: información relevante pero oculta a primera vista. Los datos se encuentran escondidos en las empresas, los cuales proceden de información que se recopila, trata y almacena durante el proceso de su actividad habitual. Estos datos representan más del 90% del Big Data total de la compañía, los cuales son tan importantes a nivel empresarial como lo pueden ser aquellos que han sido recogidos proactivamente.

El problema de estos datos oscuros reside justamente en su definición, debido a que son datos que no se aprecian y pasan desapercibidos. Hay que contar con una solución específica para obtenerlos, la cual se basaría en facilitar la localización de toda la información a priori no accesible, para a continuación convertirla en algo valioso.

La solución haría uso de la tecnología para extraer los “Datos oscuros” de manera sencilla, no intrusiva y compatible con los sistemas de las distintas compañías, evitando de este modo las modificaciones y complicaciones y permitiendo mejorar su procesos internos, además de optimizar el negocio e incrementar los beneficios. Dentro de esta solución, los sectores que más beneficiados se pueden ver son los relacionados con el Internet de las Cosas, la Energía, el Comercio Electrónico, el Ocio, Automoción o el Comercio Minorista.