Digitalizarse o morir, el reto de las empresas

 

El futuro para toda compañía actualmente reside en la economía digital, la cual crece siete veces más rápido que la economía tradicional. Es necesario ser digital para seguir siendo competitivo en el siglo XXI, y las empresas deben adaptar sus negocios a esta nueva economía digital. Por ello, los negocios del momento están influenciados por ella, considerándola como la economía de las conexiones mediante la cual la empresa será más competitiva, eficiente y alcanzará el éxito si adapta su estructura a esta nueva realidad.

Las personas son el pilar fundamental en esta transformación: suponen la búsqueda de talento. Una vez realizado este proceso, se continuará realizando la integración del mundo digital en los procesos de trabajo, herramientas y colaboraciones con otras empresas. Todas las compañías tienen que invertir en tecnología para ganar en competitividad y eficiencia. Pero lo más crucial es la entrada al mundo digital, que hará conseguir el éxito posterior de la empresa. Y en la estrategia a seguir pasa por tener (muy) en cuenta a los consumidores y, en especial, la transformación que está produciéndose en las demandas y preferencias debido a la Generación Millennial (nacidos entre 1982 y 2000), suponiendo para las marcas un reto por el hecho de hacer llegar su producto a este grupo de consumidores debido al cambio que han supuesto en la sociedad.

A los Millennials les gusta interactuar con las marcas, pero no solo eso: les gusta interactuar con las marcas de manera inmediata. Por ello hay que tener la capacidad de reaccionar a la velocidad que demandan, ya que nos encontramos en un momento en el que un cliente puede ser un partner o un competidor. Hay que hacer hincapié en que esta transformación digital va a suponer en primer lugar la unión de miles de millones de cosas a miles de millones de personas y negocios online; y en segundo lugar, que este incremento de las conexiones provocará que las empresas tengan que reestructurar sus negocios.

Esta importancia que tiene internet para la economía española ya se ve reflejada en los datos, implicando 42.416 millones de euros, un 4,4% del PIB. La gran mayoría de estos ingresos proviene del comercio electrónico (un 85%) mientras que únicamente el 10% procede de las actividades que dan soporte a la red (operadores de telecomunicaciones o proveedores de banda ancha) y solo el 4,9% las que sustentan a internet (redes sociales, buscadores y otros servicios).