La banca del futuro

 

Que la generación de los Millennials (personas nacidas entre los años 1981 y 2000) es la generación que mejor domina la tecnología no es ninguna novedad. Se encuentra adherida a todos y cada uno de los aspectos de su vida, sin ser esto un hecho relevante: es lo normal, han convivido con ella desde que vinieron al mundo. Los 2.000 millones de Millenials que hay en el mundo, los cuales representan el 32,8% de la población, cuentan con el teléfono móvil como su gran aliado y una herramienta imprescindible para dar a conocer su identidad al mundo. Y ellos podrían ser una de las razones de que la banca, tal y como la conocemos hoy en día, tenga los días contados.

La posible banca del futuro será, básicamente, un servicio móvil que no precisará de la presencia física del cliente en una oficina. Según Brett King, CEO de Moven, para 2020 una cuenta bancaria se podrá contratar directamente desde nuestro móvil y nos permitirá pagar con el Smartphone como si se tratase de una tarjeta bancaria.

Esto choca si lo contrastamos con el hecho de que, aún hoy día, el 60% de la población no tiene una cuenta bancaria. Un hecho sorprendente si tenemos en cuenta que actualmente necesitamos un número de cuenta para, por ejemplo, poder cobrar nuestro sueldo, alquilar una casa o pagar el comedor del colegio de los niños. Esta evidencia debería ser suficiente para que un sector tan tradicional como el bancario se cuestionara la necesidad de actualizar sus planteamientos. Más aún si tenemos presente que aproximadamente el 80% de los Millennials no pisarán jamás una oficina bancaria. Toda su relación con los bancos se realizará a través del teléfono móvil. Para ellos, redes sociales, experiencia de cliente o gamificación son términos habituales y piden (o más bien exigen) servicios y productos a medida, en cualquier momento, sencillos, intuitivos y a golpe de clic (cuantos menos, mejor). Son el futuro más inmediato, el cliente al que todos miran y, lo más importante, para el que todos tratan de adaptarse, incluida la banca.

La paulatina llegada de la industria tecnológica a los servicios financieros ya ha supuesto la irrupción de miles de startups que, a través de plataformas tecnológicas, ofrecen productos o servicios a sus consumidores de forma rápida y sencilla. El capital que mueve este sector, conocido como fintech, experimenta crecimientos de tres dígitos y supera los 11.000 millones de euros. 

 

Pero el despegue de las fintech en España también tiene que ver con la estructura del mercado financiero. Según un estudio de la Universidad de Valencia, solo el 22% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) busca financiación al margen del crédito bancario. La proporción desde luego está a años luz del 70% de Estados Unidos, el 55% de Francia o el 45% de Alemania.