Todo lo que atañe al sistema financiero ha venido experimentando cambios acelerados desde un tiempo hasta ahora, siendo clave en él la evolución de la tecnología: ya en los años cincuenta, estuvo entre las primeras en adoptar las últimas novedades, introduciendo los cajeros automáticos y las tarjetas de crédito, por ejemplo. Y en los noventa, los avances en Internet abrieron paso a nuevos servicios, originando canales como el de la banca electrónica que permitió por encima de otras cosas, ganar en eficiencia.

En estos momentos la implantación de Cloud se encuentra en un momento de expansión y crecimiento. Pero existen sectores en los su adopción supone una serie de retos de carácter estratégico y tecnológico que la hacen más dificultosa, como es el caso del sector bancario, donde el procesamiento de información es su activo más importante.

En la actualidad, la proliferación de dispositivos móviles y del despliegue del comercio electrónico está provocando un continuo ascenso en el uso de los canales comerciales y transaccionales de los clientes con los servicios bancarios. Como se puede observar en el siguiente Gráfico llamado E-banking and e-commerce Database, de Eurostat, el porcentaje de personas que usan banca electrónica en la Unión Europea no ha dejado de crecer en los últimos 11 años.

Pero, pese a ello, el sector financiero también posee algunas particularidades que pueden limitar la implantación masiva de esta tecnología. Según un informe publicado por el Observatorio de Economía Digital del BBVA Research, existen dos grandes barreras que dificultan la unión definitiva entre banca y Cloud:

• Los costes de migración. La necesidad de amortizar las grandes inversiones hechas en el pasado puede limitar o retrasar su adaptación al nuevo modelo Nube.
• La necesidad de servicios a medida. La homogeneidad de algunas soluciones Cloud pueden chocar con la necesidad de la industria bancaría, que en ocasiones demanda soluciones con requisitos muy específicos.

Hay que añadir, además, la aparición de nuevas compañías no pertenecientes al sector bancario y que están ofreciendo servicios y productos relacionados con el dinero electrónico, pagos online o la financiación, y que al no tener gastos de infraestructura o una presión regulatoria elevada, les facilita poner en marcha tecnologías innovadoras de forma rápida, eficiente y eficaz. Es necesario que los bancos comiencen a realizar su migración hacia la Nube si no quieren quedarse atrás frente a los nuevos “jugadores” del sector financiero o dar la espalda al nuevo consumidor de la era digital.

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