El concepto del Internet de las Cosas (Internet of Things en inglés), cada vez más implantado en nuestras vidas, nació en 1999 en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y fue creado por Kevin Ashton, investigador británico. Como dijimos en publicaciones anteriores acerca del IoT: “Si algo puede ser medido, se digitalizará”, sin limitaciones. Y es que aparte de los dispositivos tecnológicos, cualquier ‘cosa analógica’ se puede digitalizar, por muy peregrina que nos parezca la idea (un arbusto, una lentilla, el pelo, una hormiga, el olfato, etc…), consiguiendo medir (temperatura, velocidad, etc…), conocer (Información) e interactuar (Acción).
Hasta ahora las cifras no parecen aventurar nada malo. Según un estudio realizado por Cisco, en 2015 contamos con más de 25.000 millones de dispositivos conectados, cifra que se doblará en menos de cinco años llegando a ser 50.000 millones de dispositivos conectados en el año 2020. Y ese es su mayor potencial: su facilidad de aplicación a cualquier ámbito de nuestra vida.
Es el caso de lo que está sucediendo con las ciudades o Smart Cities. Desde Quental preguntamos: ¿por qué no digitalizar objetos cotidianos para hacernos la vida más sencilla? Tal y como dijo Hans Vestberg, CEO de Ericsson: «Si una persona se conecta a la red, le cambia la vida. Pero si todas las cosas y objetos se conectan, es el mundo el que cambia.». Las Smart Cities o Ciudades Inteligentes son modelos de desarrollo urbano que buscan ante todo una mejora de las urbes en muchos aspectos para hacerlas más sostenibles. Entran en juego entonces aspectos muy diversos, como el crecimiento y la gestión sostenible de las ciudades, la prosperidad económica en términos de “economía inteligente, sostenible e integradora”, el uso eficiente de la energía y de otros recursos, la mejora de la educación, el transporte público, la salud o el medio ambiente. Un estudio presentado por AMETIC y nPeople explica la relación del ciudadano con los servicios digitales municipales, así como cuáles son los más utilizados a través de aplicaciones. También da a conocer las áreas de servicios municipales mejor y peor gestionadas de forma online y apunta los sectores en los que los ciudadanos creen que se debería invertir más.
En Quental estamos convencidos de que este es solo el comienzo de la revolución que vamos a vivir de ahora en adelante, y que cambiará nuestros hábitos y costumbres en las grandes ciudades hacia un estilo de vida más inteligente.