Outsourcing como factor de éxito de las empresas

 

Si hasta hace poco externalizar los servicios en una compañía era una táctica para reducir costes, cada vez se consolida más como perspectiva estratégica para conseguir flexibilidad y calidad en ámbitos concretos. Lograr hacer más por menos dinero sin que se vea reflejado en el calidad es el reto de toda empresa que quiere escalar en competitividad y eficiencia, y que encuentra en el outsourcing una de las vías más recurrentes para hacerlo. 

Estas y otras ideas fueron lanzadas el pasado 5 de Mayo en la Jornada el outsourcing como factor de éxito de las empresas, organizada por Expansión. En él además se señaló a las prisas como enemigo de este proceso de cambio, que debe tratarse como una decisión estratégica de largo recorrido que no puede ser esclava de lo táctico y cuyo uno de sus grandes activos es la especialización.

Las empresas en España han empezado tarde a externalizar: no lo han hecho hasta que no les ha quedado más remedio por costes. Creciendo a un ritmo de 4,5%, el outsourcing se presenta actualmente como una opción interesante más allá del ahorro económico. Además, juega dos ritmos diferentes según a qué ámbito se aplique: procesos coporativos o parte tecnológica, ocupando este último dos tercios del total ya que la subcontratación de una empresa especializada ayuda a mantenerse tecnológicamente actualizada.

Para que la externalización se consiga con éxito, debe estar gestionada desde distintos parámetros como colaboración, acompañamiento, formación y ayuda. Solo fijarse en el precio perjudica a nuestra empresa e impide que consigamos el objetivo final: una externalización de calidad. Gloria Lasic, Directora de Atención Telefónica y Ayuda Online ING Direct, expuso en esta Jornada la gran apuesta de la entidad en este sentido: "Para nosotros no es algo táctico ni temporal, sino que es algo estratégico para que la relación con el cliente sea absolutamente diferencial".

Por otro lado, la relación con el proveedor debe ser sólida para que las dos partes vayan en la misma dirección. En este punto, el factor humano es clave para lograr el compromiso del trabajador y reducir tasas de rotación. Además, para conseguir la implicación personal hay que motivar profesionalmente. Es necesario el desarrollo curricular de nuestros trabajadores. Simplemente formarles hace que vean una oportunidad de crecimiento y acceso a otros servicios de mayor nivel, lo que se ve reflejado en una menor rotación.